El tren de los sueños.

 Con este cuento podemos trabajar con los niños la amistad, el resolver problemas en grupo, la creatividad y la fantasía.

“El tren de los sueños”

El sol se esconde. El cielo poco a poco se oscurece. En lo alto del cielo aparece la luna y un sinfín de brillantes estrellas.

Algunos bostezan abriendo una boca muy grande mientras los ojos se le ponen pequeños, muy pequeños... y es que con la noche ha llegado el sueño.

Entonces cuando ya todos duermen por detrás de  la  luna sale un tren. Es un tren de muchos colores y parece de juguete, es... El tren de los sueños!!!!!!!!

Tiene cuatro vagones: el primero es azul como el mar, el segundo es amarillo como un gran sol, el tercero es blanco como las nubes y el cuarto es multicolor como el arcoíris.

Para que camine han de darle caramelos, pipas o regaliz.

Lo conducen Hortensia y Clavel. Hortensia es la cocinera va siempre vestida de verde, tiene una cabellera azul y abundante en forma de pétalos y huele de maravilla ummmmm, igual que las flores. Clavel es el maquinista, tiene la melena roja y hacia arriba, igual que un cepillo.

Ah! Un secreto....Hortensia y Clavel son una pareja de duendes.

-          ¿ A dónde quieres ir hoy? – Pregunta Clavel.

-          Me gustaría cenar en una estrella.- Responde Hortensia.

Recogen la cesta y marchan rumbo a la estrella más brillante.

Algunas noches cuando bajan a la tierra invitan a alguien a dar una vuelta en el tren de los sueños.

-          ¿A quién invitaremos hoy?.- Quiso saber Clavel.

-          Mira- Dijo Hortensia señalando una ventana. En aquella habitación hay dos niños durmiendo. ¿Qué te parece?

-          Oh! Me parece muy bien- Respondió Clavel y Toc, toc, toc... golpeo en la ventana de Cristina y Daniel que dormían profundamente.

-          Toc, toc, toc...

-          ¿Qué es ese ruido?- preguntó,  Dani abriendo los ojos, estaba bastante asustado así que rápidamente llamó a su hermana.

-          Toc, toc, toc...

Pasito a paso los muchachos se acercaron a la ventana, la abrieron lentamente y... Se encontraron a Hortensia y Clavel.

-          Buenas noches- saludaron los duendes amigablemente, y señalando el tren que flotaba preguntaron- ¿Os apetece ir a dar un paseo?

-          Si!!-Respondieron los pequeños.

Ya se disponían a pasar al tren cuando Clavel advirtió:

-          Para subir al tren hay que pasar una prueba.

-          Oh! ¿Es muy difícil?- Preguntó Dani.

-          Que va. Respondió Hortensia es una..... Adivinanza

Adivina adivinanza, tiene hojas y no es planta, enseña mucho y no habla, ¿Qué es?

-          Ummmm...- Pensaba Cristina- Un libro.

-          Si!!!!!!- Exclamaron los duendes- Ya podéis subir.

El duende dio tres caramelos de menta a la locomotora para que se pusiera en marcha.

-          ummmm, que ricos, pi pi pi.

El tren de los sueños como ya había comido se puso en marcha. Volaba sobre los tejados sin cesar cuando...

-          Cri, cri un tren que vuela ¡socorro!!!!!- Dijo alguien muy alarmado.

-          ¿Qué sucede? Preguntó Cristina.

-          La voz viene de allí- Dijo Hortensia señalando un árbol.

La duende no se equivocaba, oculto entre las ramas estaba el loro sin nombre.

-          Este es el tren de los sueños, ¿Quieres venir a dar un paseo?- Invitó Clavel.

-          Bueno Cri, cri,- Dijo el Loro y subió. Pero el Loro estaba muy triste, tenía los ojos vidriosos y el piquito mojado.

-          Dinos que te pasa- dijo Cristina.

-          Es que yo... es que yo no tengo nombre.

-          Vamos alegra esa cara, nosotros te pondremos uno, dijo Hortensia.

-          Todos dijeron un nombre: Colatiesa, Limoncete, Charlatán y Picapicas.

El Loro pensó en los nombres, todos le gustaban pero se tenía que decidir por una y eligió Picapicas.

-          Picapicas, cri, cri, me llamo Picapicas.

Para celebrar el nuevo nombre de Picapicas pasaron al vagón azul.

-          Este es el vagón de los juegos- Indicó Clavel y en ese momento Hortensia abrió un baúl y dijo:

-          Aquí están los juegos.

Dani, Cristina Y picapicas corrieron a ver que había dentro del baúl.

-          oooohhhhhhhh- Suspiraron impresionados al verlo, el baúl estaba repleto de divertidos juguetes.

-          Podéis coger el que queráis dijo Clavel.

Estaban los cinco muy entretenidos jugando a los juegos cuando de pronto...

-          Oohhhh.- Dijo Clavel- Alguien llora.

-          Esta allí -indicó Hortensia, señalando un cubo de basura.

Debían hacer algo para ayudarle así que Clavel, descolgó una escalerilla por la que bajaron los cinco.

-          Es un osito- exclamó Dani mirando al oso de peluche que lloraba.

Pobrecillo, lo habían abandonado en un cubo de basura, por eso se sentía solo y triste.

-          ¿Quieres dar una vuelta en el tren de los sueños?- Le preguntó Dani, acariciándole las orejas.

-          Si- respondió el oso y dejo de llorar.

Subieron al tren y se encaminaron al vagón amarillo que era el vagón del cine. Enseguida comenzaron a proyectar la película de la bruja Berenjena. Todos se sentaron y se pusieron a verla.

Una vez que terminó la película pasaron al vagón blanco donde Hortensia estaba preparando ricos manjares.

-          Ya podéis venir, la mesa está servida.

Todos entraron corriendo a la mesa y oooooooohhh, había tres pasteles: uno de chocolate, otro de nata y nueces y el tercero de fresas.

Se sentaron rápidamente en la mesa, ya se disponían a probarlos cuando...

-          Que desastre, se lamentó alguien.

-          ¿Quién se quejara de esa manera?- preguntó Clavel.

-          Es Genovevo el panadero. Dijo Cristina mirando por la ventana. Genovevo trabaja sin descanso haciendo pan y bollos, pero nadie se los compra.

-          Es que no me quedan bien, soy un desastre.

De repente oyó un ruido:

-          Genovevo, Genovevo.... ¿ Quieres viajar en el tren de los sueños?

-          No! Para paseos estoy yo.

Entre todos convencieron a Genovevo de que subiera al tren a probar los deliciosos pastelitos de Hortensia.

-          Oh! Que sabor...- Dijo Genovevo- ¿Me podías dar la receta?

Hortensia satisfecha le dio la receta de los tres pasteles.

-          Pronto amanecerá- Dijo Clavel. Debemos pasar al vagón multicolor.

Este vagón estaba lleno de colores y tenía grandes toboganes.

-          Tenéis que elegir cada uno un tobogán y este os conducirá a casa.

Los cinco amigos se despidieron de los duendes y se deslizaron por los toboganes...

Al día siguiente Cristina y Dani se despertaron y pensaron que todo había sido un sueño. Pero al contarse el sueño se llevaron una gran sorpresa ¿Cómo es posible soñar lo mismo? A no ser que... no fuera un sueño.

Unos murmullos que venían de la calle les devolvió a la realidad, se asomaron a la ventana y... No se podían creer lo que veían ¡ La gente hacía cola en la panadería de Genovevo!

De pronto Dani se acordó del osito de peluche y fue al cubo de basura a buscarlo. Para llevárselo a casa con él.

Cuando surgió la luna Clavel y Hortensia se asomaron rápidamente para ver a sus amigos:

El osito dormía abrazado a Dani, ya nunca estaría solo. Genovevo estaba feliz por su negocio y Picapicas por fin tenia nombre. Y colorin colorado este cuento se ha acabado.